sábado, 23 de febrero de 2013

La gran guerra.

Escucha bien soldado de guerra. En las tinieblas encontrarás tus miedos, encontrarás tu pasado, encontrarás tus virtudes retorcidas, tus caídas  y tus batallas vencidas. En la guerra veras muerte, dolor, y penas, no te servirá de nada tirarte en el suelo y convertirte en polvo que se lleva el viento, toma tu espada y ve a la batalla que para ello naciste.
Primeros pasos darás y primeras caídas tendrás, pero así es en la guerra, tendrás  miles de batallas, muchas ganadas, miles perdidas, pero lo que importa es la batalla final
Tendrás que dejar, amigos, familiares y miles de seres queridos que juraste nunca abandonar, tendrás desprenderte de tus deseos, pasiones y miedos. Ten la vista al frente, nunca y eh dicho ¡nunca! Mires atrás. Todos tenemos miedo a la muerte, pero es algo que tenemos que tener en cuenta; en la guerra se muere o se vive pero con la dignidad y certeza de que morimos por la victoria de esta batalla.
Hablare un poco de nuestro enemigo. Un ser sumamente poderoso, capaz de arrancar parte por parte, de nuestro cuerpo sin piedad ni misericordia alguna, conoce tus miedos y deseos, conoce tu pasado, presente y futuro, conoce el estado de tu alama y los puntos débiles en ella. Pero por eso nunca te rindas, a pesar de lo que su ejército del mal quiera hacerte. Principalmente ten fe, porque la visión del camino se hará más obscuro y angosto pero cuando llegue a suceder esto, sabrás que vas en buen camino. El viento soplara de tal manera que querrá tirarte e imposibilitarte levantar tu cuerpo herido. Animo soldado, que nos espera mucho más de lo que eh mencionado.
Yo con mi pequeñez y mi poca visión de lo que es realmente el miedo y la pena, el desasosiego y desesperación. El general de esta tropa me ha dejado ver el futuro de eta batalla, y te diré algo; ganaremos, y te lo digo con la mayor certeza, por eso no m queda más que decir, que repetir lo que digo la gran capitana del ejercito NO TENGAS MIEDO.

sábado, 16 de febrero de 2013

La historia de la Bella y la Bestia


Una bella mujer con los ojos delicados y fácil de traspasar que permiten entrar en lo más íntimo de su ser, con una sencillez que todos admiran. La belleza interna que refleja a todo ojo humano que al querer ser ciego por no querer averiguar que hay  en estos ojos delicados, con una simple mirada llegan a ellos y terminan por seguir queriendo saber aún más a fondo, saber qué es lo que hay dentro de ella.
Ella camina bajo el sol y aun que ella sabe bien que no todos querrán su bien; tiene la plena seguridad de que tiene una fuerza interior que la puede llegar a salvar de tan cruel realidad que hay bajo el sol. Ella escribe cerrando sus ojos. Ella puede creer un mundo lleno de luz, logrando así destruir a su mayor rival que es la misma oscuridad, pues esta claro que en ella no existe ningún tipo de mal.
Ella con los ojos claros, tan azules como el cielo. La fortaleza del mar subiendo fuertemente al poder destruir toda una ciudad en tan solo unos segundo, tan delicados como las nubes que se desvanecen con gran facilidad pero nunca veras al mundo sin ellas. Así funcionan sus ojos junto con su alma y corazón. Ella conoce que puede llegar a ser herida por su delicadeza pero tiene claro que si algo no la mata, puede hacerla más fuerte;  por eso camina con la misma seguridad de no temerle  a nada y a nadie que tenga la plena intención de destruirla.
La Bestia, un animal tan cruel, rudo y despiadado; tan duro consigo mismo que pierde el control de seguir sus propios pasos, tan fácil de temerle, tan difícil de encontrar su alma en una blancura bella, y todo aquel que se le acerca huye con una simple mirada. La bestia se hace llamar el miedo de todo ser puro que camina en una bahía de tempestad, pero el teme a estas tres sensillas cosas. A la luz, al sol y la sencillez.
Sus ojos de color rojo sangre y su pelaje que protege su alma para que se encierre en un castillo tan alto que nadie pueda ir por él, desea ser rescatado pero teme a encontrarse con su alma y la verdadera debilidad de ella. Muchos creen que él tiene un corazón duro como una roca pero lo que no saben es que su alma es tan dura que se puede convertir en una piedra preciosa y en un bello diamante que solo necesita pulir y encontrar con la bella perla que hay dentro de ella; y esto es a lo que él también le teme.
La bella un día se fue a caminar a un bosque y buscar unos pétalos de rosa que tomar para hacer un bello ramo de rosas y similar al arcoíris que ella amaba ver cada mañana. Siguió el camino y comenzó a ponerse el cielo rojizo y negro, las flores ya no renacían como ella solía poder ver por la pradera; continuo caminando hasta hallarse con los arboles negros y resecos, hasta que se dio cuenta de que estaba en una distinta área y entro a un territorio que sus ojos no acostumbraban ver. En ese instante se cuestionó si seguir caminando pero su alma traviesa y curiosa le impulsó a seguir caminado. El sol se metió y la luna salió y con su resplandor iluminó su camino hasta encontrarse con un castillo gigantesco y obscuro. Al mirar al cielo, lo vio color rojizo y comenzó a temer un poco al pensar que el territorio en donde estaba era uno los que podría llegar a salir lastimada pero tenía la seguridad de que esa es parte de su esencia, buscar el más obscuro y negro territorio y hallar la luz que lo matiné vivo.
La bestia observo por su ventilla pequeña a esa bella joven entrar por su bosque “tenebroso” que él mantenía así. Y no supo si alegrase de ver a alguien entrar para tener una cierta compañía o de abrir las rejas de los lobos hambrientos que se encontraban listos para el ataque. En ese momento ella alza su mirada a la ventanilla y el resplandor de sus ojos penetraron a los de la bestia que el rápidamente se escondió para no seguir mirándolos. Sin pensarlo, abrió la puerta del castillo dejando el paso libre a esta bella joven, y el terminó preguntándose qué fue lo que le que acaba de hacer. Pero algo muy en su interior se lo agradecía plenamente.
La bella joven subió la gigantesca torre y se dio cuenta de que tenía razones por temer seguir su camino pero aun así esa curiosidad y esa gran esperanza de encontrar la luz que mantenía vivo siguió su camino hasta encontrase con una gigantesca puerta. Ella sin pensarlo la toco. La bestia por un momento pensó que la bella joven temería de subir y regresaría a retomar su camino eh irse del castillo; pero no fue así.
La bestia oyó tocar la puerta y comenzó a tener un miedo tan grande que reaccionó como suele reaccionar ante toda persona que entra a su territorio –Lárgate de aquí, no encontraras nada que no pueda llegar a lastimarte- rugió la bestia con voz temblorosa y grave. La bella al oírla se dio cuenta de que realmente estaba en un lugar que podría matarla pero su alma necia, terca y guerrera siguió insistiendo. –Eso no lo sabré hasta verlo yo misma-. La bestia sorprendido al oír esto, siguió con su insistencia de que se fuera de ahí.-Ya lo has visto todo al caminar por este bosque, ¿para que quieres ver el origen de ello?-.La bella volvió a pensar si estaba haciendo lo correcto o solo era un capricho suyo de querer encontrarse con el riesgo de poder morir estando dentro de él, pero su alma no se rendía tan fácil.-tomare el riesgo-.La bestia se dio cuenta de que no se iría tan fácil y pensó muy ingenuamente que al verlo al ella saldría corriendo por el terror de la cara de este. Abrió la puerta
El rechinido de ella sonaba oxidado y dejó  saber muy claramente que no se ha llegado a abrir en años. Ella caminó un gran pasillo, observo las gárgolas que estaban adornando las columnas y veía telarañas por doquier, sigue su camino y hasta encontrase con un gran cuarto muy bello y antiguo, sus ojos buscaban a esta bestia que no la dejaba pasar, y observo todo el cuarto como reflectores de luz que busca al intruso al entrar en un territorio prohibido; -¿a qué has venido?- preguntó la bestia con la intención de espantarla al oírla.-venia caminando por la pradera y me hallé con este bosque y me di cuenta de que tenía una obscuridad muy particular- contestó ella con la inocencia de no saber con lo que se podría llegar a encontrar. –Pues ya has observado mucho ahora lárgate- ella se dió cuenta de que no era tan malo como aparentaba sonar, y se arriesgó a decirle.-déjame verte- él se enojó por no lograr lo que quiera pero al mismo tiempo se enterneció de la inocencia de su interés.-realmente no me quieres ver, no si no quieres salir lastimada-. -Un simple rostro no me dañaría en lo más mínimo, deja de preocuparte, si la que quiere tomar el riesgo soy yo, déjame asumir las consecuencias-. La seguridad de su voz y de lo que decía impresionó a la bestia y despertó su enojo mucho más de no poder por primera vez lograr que se fuera alguien de su castillo, pero su alma deseaba intensamente conocerla y verla a los ojos y suplicar su ayuda-.¡lárgate!, no quieres realmente despertar a la bestia-. –si realmente quisieras lastimarme ya lo hubieras echo, déjame verte, a menos que el verdadero miedo sea el tuyo por no dejarte ver-exclamó con la firmeza de un soldado que entra a la batalla a sabiendas que podía terminar muerto. La bestia se dió cuenta de que, el que realmente tenía miedo era él y no ella así que se rindió y dejo que ya la misma cara haga su trabajo. Caminó a ella y poco a poco se fue acercando logrando que la luz de la luna alumbrara su rostro y dejando que la sombra se quede atrás ; la bella temía un poco al saber cómo era su rostro pero ella sabía que el miedo era solo lo anticipado, así que no huyo aunque su cuerpo le rogaba que lo haga, sus pies comenzaron a temblar pues sabía que podría llegar a salir lastimada y su piel comenzó a sudar frio. Ella se había enfrentado a muchas cosas pero jamás al pensamiento de que podría llegar a ser su último minuto de vida, pero su alma la tranquilizo y se quedó estática. Finamente su rostro se alumbró por completo y observó la fealdad que realmente tenía, pero la bella comenzó a sentir una ternura tan grande, ya que ella solo miraba sus ojos rojos, que suplicaban ayuda de ser rescatado, ella se acercó muy suavemente y le acaricio la cara, sus manos eran sumamente pequeñas comparado con la gran cabeza que el tenía, el nunca en su vida había sentido la suavidad de las manos de una piel tan lisa como las que tenía su misma madre. El primer pensamiento de él fue el recordar como su madre antes de fallecer le acariciaba muy suavemente el rostro, pero luego le llego el recuerdo de cómo fue maltratado ante toda esa gente ajena a él, y al pensar que solo le hacía mostrar debilidad, un gran impulsó hizo rasguñarle la cara y dejarla tirada en el suelo, su pequeña cara comenzó a sangrar y la dejo paralizada y adolorida. Él se fue a esconder bajo la sombra, ella sin poder levantarse se quedó tirada en el suelo, pero su alma le dió la fuerza de levantarse teniendo en mente, de que si esta lastimada que al menos haya valido la pena el rasguño, así que se levantó con la necedad y terquedad de querer ayudarle y la bestia grito.- ¡lárgate, tu no me conoces, no sabes quién soy, te mataré si no te vas. ¡ Ya lárgate de aquí!, y sus lágrimas comenzaron a derramarse por su pelaje , ella al oír esto no le quedo más que marcharse, y dirigiéndose a la puerta le dijo con una dulcísima y tierna voz,-eh visto en tu mirada que en ti hay alguien que implora ayuda, tienes unos ojos muy bellos-. Y se marchó con la cara ensangrentada.
La bestia no supo que pensar en ese momento. Quiso pensar que era una niña caprichuda que solo quería ridiculizar su existencia, pero algo muy dentro de él le dejo ver que podría haber sido una gran ayuda que el solo desperdició. El no supo en donde poder volverla a buscar y no se le borraba de su pensamiento esa mirada que con la ternura que su madre tenía penetro hasta el fondo de su alma.
La bella al salir del castillo, se dio cuenta de que ella tenía una gran misión que cumplir con él y queriendo volver a su camino de vuelta a casa, solo despertó más su curiosidad de que habrá más allá de su alma, así teniendo una fuerte pelea en su interior de cuestionarse a si misma que era algo sumamente estúpido lo que ella iba a ser, regresó y se dio cuenta de que estaba seguro de que terminaría muerta y de que estaba entregando su vida, que podría considerase un suicidio. Su alma solo decía que era la misión que ella tenía, vagar por esa pobre alma y ayudarla hasta poder sacar esa belleza que aseguraba ver.
La bestia poco a poco dejo ese interés y ternura atrás y volvió su rencor hacia la gente, tratando de olvidarse de ella y teniendo en cuenta que si vuelve, la mataría sin pensarlo.
La bestia tuvo una hermosa infancia junto con su madre, ya que su padre la abandono al quedar embarazada, pues él nunca lo quiso pues el padre pensaba que la madre le ponía más atención a su hijo que al amor de su marido, muchas veces intento matar al niño pero su madre siempre lo defendía. El rencor del padre por el niño de que casi mata a la madre al nacer era muy grande, así que los dejó y la madre salió adelante con su hijo.
Un día entró el padre a la casa, decidido de matar al niño para volver  a tener el amor de la madre. El niño dormía de tal manera que nunca oyó entrar al padre, pero su madre si se dio cuenta. Su padre saco el cuchillo para matarlo y con la protección del amor que tenía la madre, se abalanzó hacia el logrando que el cuchillo se enterrara hasta el fondo de su corazón. El padre se dio cuenta de lo había hecho que se mató a si mismo por no saber qué hacer. El niño viendo lo que había hecho el padre, se sintió con una culpa hacia el mismo que no se lo perdonaría, él quería venganza pero como su padre ya había muerto, y el rencor que tenía hacia el penetro hasta el fondo de su alma, logrando que ya no existiera ninguna clase de amor hacia nadie y que solo habitara el odio en él. El niño inocente que había en el ya no existía y solo pensaba en matar a alguien y querer vengarse consigo mismo, logrando de tal manera que poco a poco pasaron los años y se transformó en un monstruo grotesco, agresivo y detestable, logrando que fuera desterrado del pueblo y que fuera el miedo de todos.
La bestia al recordar todo esto, pensó que sería su destino, nunca volver a tener el amor hacia nadie ni nada, aun ese odio existía y era una gran enfermedad que no se lograba curar. Él no se perdonaba así mismo.
La bella dio la vuelta, y teniendo la suerte de tener la puerta del castillo abierta, entró con la decisión de ayudar a la bestia. Ella subió corriendo para no terminar arrepintiéndose, y toco la puerta. La bestia oyó tocar la puerta y al ver quien era, vio que era la bella, el pensando si dejarla ir para salvar su vida antes de que el mismo rencor la matara, no le iba a abrir –déjame ayudarte- grito la bella con su dulcísima voz. La bestia sin saber que pensar la deja pasar. La bella entra corriendo por el pasillo y vuelve a buscar a la bestia por las sombras, hasta que logra ver el brillo de sus ojos rojos. –¿No te basto con ridiculizarme?-  pregunta la bestia con la intención de que se fuera,-mi única intención es ayudarte- contesta la bella con la decisión firme y terca.-Mi vida no es de tu incumbencia, no quiero que nadie entre a mi vida personal, ahora lárgate, antes de que te pueda matar- dice la bestia.-Si no hubieras querido que entrara en tu vida, ¿Por qué me has dejado pasar?- pregunta insistiendo la bella. La bestia calla por segundo y le dice con voz baja.-me has recordado a mi madre-.La bella oyendo esto, se acerca a la bestia queriendo acariciarle la cara -tu a mi padre- dice la bella con una lagrima en los ojos. La bestia se deja acariciar y comienza a llorar. Momentos después la bestia pensó que podría servir de ayuda y que podría llegar a curarlo. Pero su rencor vuelve como una enfermedad mortal y comenzó a pensar que ella sería la causa de su debilidad. La bestia la toma por el cuello diciéndole –te has metido al castillo de la bestia, y la has deportado, ¿Qué quieres de mí?- la bella sin poder respirar y perdiendo el aire le dice.-curar tu alma- la bestia aprieta su mano de tal manera de querer matarla y grita con una voz feroz -¡yo no tengo el perdón de nadie, soy un monstruo ¿Qué no lo ves? Dime que soy un monstruo!, ¡dímelo!-
La bella teniendo muy poco aire le dice con las mínimas fuerzas. –yo te perdono-.la bestia la dejó caer y comienza a llorar.
La bella lo mira con mucha ternura, y penetra hasta el fondo de su alma y le sonríe. Le dice sus últimas palabras -no encontraras amor de nadie, si no logras ver la verdadera fuerza de tu alma, perdónate a ti mismo. Tienes unos hermosos ojos.- Y muere.
Con estas sencillas palabras, la bestia confundido con sigo mismo, recuerda todo lo que le habían hecho. Finalmente se dio cuenta de que la bella era una simple joven que logro cumplir con la misión que ella tenía, y que con el pequeño corazón que el admiraba, logro que la bestia, con el alma tan endurecida se haya ablandado,  con un profundo arrepentimiento de no haberla dejado vivir. El comenzó a sentir mucha culpa de haberla matado, pero siente una plena tranquilidad por haber recibido su perdón.
Finalmente la bestia, con su enfermedad imposible de curar….fue salvado.